El protocolo de la iglesia católica siempre me ha parecido fascinante. Pero sin lugar a dudas, este cónclave me lo ha reconfirmado de una manera muy especial. La elección del nuevo papa es un proceso realmente interesante, estructurado y con reglas muy claras. Las actividades y los simbolismos; muchos. No podemos perder de vista que la iglesia católica es una institución milenaria, que vela cuidadosamente cada uno de sus procesos y que tiene muy definido su propósito y cómo se realizan todas sus ceremonias. Así es que funciona.
La composición del colegio de electores, el proceso de la elección del papa, y todo lo relacionado al cónclave -que no es otra cosa que la junta de los cardenales y el lugar donde se reúnen para elegir papa- aparece en el Universi Dominici Grecis. Ésta, es la constitución apostólica vigente establecida por Juan Pablo II y modificada por Benedicto XVI mediante una carta apostólica.
El Universi Dominici Grecis sirvió de guía para la elección del 266 sucesor de Pedro, Jorge Mario Cardenal Bergoglio; conocido de ahora en adelante como el papa Francisco; no Francisco I, según indicado por la Santa Sede. Si algún otro sucesor de Pedro decide utilizar el nombre de Francisco; entonces se le añade el número uno romano para diferenciarlo del que entonces se llamaría Francisco II; mientras, será sólo Francisco.
Se dice que escogió este nombre como un homenaje a San Francisco de Asís; aunque algunos lo atribuyen a San Francisco Javier, patrono de los misioneros. Se dice que el fundador de la orden franciscana, llevó una vida austera y acentuada en la pobreza y que el nuevo papa sigue este espíritu; renunciando a todo tipo de ostentación. También se dice que pudo ser porque Francisco de Asís vivió en momentos de cambios fundamentales y profundos en la sociedad; como los que vivimos actualmente.
Por otro lado está Francisco Javier, jesuita como él, y miembro del grupo fundador de la orden de San Ignacio de Loyola. Pudo haberlo inspirado el aspecto evangelizador. A Francisco Javier se le reconoce por su papel en la expansión del catolicismo en Asia. Así que, sea cual fuere su fuente de inspiración; ambos santos muestran dos de las características del ahora Sumo Pontífice, la austeridad y el espíritu evangelizador.
Volviendo a la elección; ésta es importante porque se escoge, no sólo al Vicario de Cristo, al líder de la iglesia católica a nivel mundial y al obispo de Roma; sino que se selecciona al jefe de estado y soberano del Estado de la Ciudad del Vaticano. Trascendental ha resultado porque luego de 2,013 años se escogió por primera vez a un papa no europeo; latinoamericano y argentino; aunque hijo de italianos. Para hacerlo más impresionante, es el primer miembro de la Compañía de Jesús en ostentar el cargo.
Desde el punto de vista religioso, esta elección le ha dado a millones de católicos alrededor del mundo un nuevo líder espiritual. Muchos ven este nuevo pontificado como uno especial y esperanzador por las características especiales de Francisco. Desde el punto de vista gubernamental, le ha dado al estado más pequeño del mundo un nuevo soberano. Este hombre de profunda fe y gran inteligencia, tendrá esa gran encomienda.
El que al iniciar su papado con la Bendición Urbi et Orbi (bendición para la ciudad –de Roma- y para el mundo) desde el balcón de la Basílica de San Pedro, pidiera oración por Benedicto XVI y por él, demuestra su gran humildad y compromiso con su iglesia. Deja entrever aquí, con la selección del nombre y sus primeras palabras lo que, añadiéndose a otros elementos, podría ser la mística de su papado.
A partir del martes, 19 de marzo de 2013, el papa Francisco se convertirá oficialmente en el nuevo líder de la iglesia católica. Ese día celebrará su primera misa como sumo pontífice ante jefes de gobierno de todas partes del mundo, religiosos, fieles, creyentes y peregrinos. Esta ceremonia será una muy especial por su gran simbolismo y significado.
Fumata blanca: "Habemus Papam" |
Ver todo el despliegue del protocolo religioso es fascinante. Aunque el protocolo es parte fundamental de nuestra vida, en situaciones como ésta, es que empezamos a conocer sus dimensiones y a entender su importancia. Nos damos cuenta que el protocolo es lo que da sentido y forma. Además, empezamos a entender el por qué de las cosas porque éstas no se hacen en un vacío. Todo tiene un significado y una razón de ser.
Ya “habemus papam”; ahora se comienza a escribir un nuevo capítulo de la historia de la iglesia católica. A nosotros sólo nos resta pedirle a Dios que lo bendiga en su papado, a Jesús que lo acompañe, al Espíritu Santo que lo ilumine y a María Santísima que lo inspire y lo proteja. Que así sea.
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